Stroopwafel

El stroopwafel, traducido literalmente significa «waffle de jarabe».

Consiste en dos waffles circulares finos presionados sobre una plancha pizzelle, que les imprime un patrón marcado distinto. Después de horneados se unen con una melaza dulce y pegajosa y se le recortan los bordes.

La historia se remonta a siglos atrás, con registros del siglo VII en los que se habla de su consumo. En el siglo XII estos waffles eran tan demandados en los Países Bajos, que se creó el gremio oficial de panaderos de waffles.

Sus orígenes exactos son inciertos, pero se registra conocimiento de los primeros stroopwafels en la ciudad de Gouda, entre finales de 1700 y mediados de 1800.

Se especula con que estos primeros stroopwafels fueron creados por un panadero humilde, ya que al principio se llamaron «armenkoeken», o «galletas de pobres», aprovechando migajas de pan prensadas con una plancha para gofres. Al ser esta masa demasiado quebradiza, se habría decidido que la solución para poder consumirlos era «pegarlos» con melaza.

Se calcula que durante el siglo XIX había más de 100 panaderos de stroopwafels en Gouda. Hoy apenas quedan unos pocos, como consecuencia de la automatización de su producción. Con el tiempo, se elaboró una receta oficial del stroppwafel que incluye: harina, mantequilla, azúcar, levadura, huevo, leche y canela.

En la actualidad el stroopwafel sigue siendo muy popular en los Países Bajos, y también se encuentran en forma creativa en otros productos como helados, natillas, chocolate y existen otras combinaciones con anís, tocino, sal marina, miel e higos.

Desde hace años también se han convertido en una exportación popular. Varios países extranjeros producen su versión propia: en Marruecos se llaman Amsterdam Delights, en Brasil Happy Waffles y en los EE. UU. tienen diversos nombres como: Cookies de la Luna Holandesa, Besties, Swoffles, Stroopies o Strooples.

La manera tradicional holandesa de comer stroopwafels en casa es colocarlos sobre una taza de café o té. El vapor caliente del café o té suaviza la melaza dentro del stroopwafel y la galleta se hace blanda y tibia para comerla. En los mercados y ferias es común ver gente haciendo largas colas en los puestos de stroopwafels para comerlos recién hechos. Los trozos de galleta que se quiebran al elaborarlos se venden con el nombre de «zapatillas», en algunos puestos.

  • Fuente: elaborado a partir de Dutchreview – Monique Donker – 6 de julio, 2016.

2 comentarios en “Stroopwafel”

  1. Que ricos !!!! Me encantan !!!! Los WAFFLES y me quedan muy bien !!!! Y todas sus variedades , como las de tu articulo que compartiste !!!los mios son con toque Rio Platense en sus acompañamientos de DULCE DE LECHE Y tambien de CREMA BATIDA Y DURAZNOS EN ALMIBAR !!!

    1. Hola Fernando! Me alegra que te gusten los wafels. La verdad es que estos son un vicio, yo los compraba cuando venía de turista y ahora que vivo aquí intento no hacerlo porque es un no parar y yo debo cuidarme bastante del azúcar porque tengo resistencia a la insulina y eso podría derivar, si no me cuido, en diabetes. Así que lejos de mí!, jaja. Pero sí, son una delicia indiscutible y, como dice el artículo, recién hechos, más! Un abrazo!

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