Las lecheras
A lo largo de la historia europea, trabajos relacionados con el ordeño, distribución y venta de leche, no solo de vaca, pero preferentemente, formaban parte de la vida rural y, más activamente en la explotación de ganado en granjas lecheras, inicialmente con pocos animales.
La vigilancia del ganado (vacas, cabras, ovejas), su pastoreo y cuidado, el mantenimiento de los establos fueron realizados por mujeres y hombres, así como el ordeño, distribución y venta del producto (leche y, a veces, quesos o yogurt).
Las mujeres pasaron muchas vicisitudes, porque tenían que ir a buscar la leche muy temprano, al amanecer; hiciera frío, calor o lluvia, tenían que caminar por el camino con las lecheras sobre sus hombros, a veces con hasta 15 litros o más de leche, para venderla en casas particulares, y fue una vida bastante sacrificada.
Desde la Edad Media, las mujeres participaron en una amplia variedad de tareas u oficios. En el mundo rural, como jornalera, cosechadora, lechera o sembradora, pero fue en las ciudades, escenario del nacimiento del sistema de producción capitalista, donde participó en una mayor diversidad de oficios.
Con el tiempo, muchas mujeres lecheras se convirtieron en trabajadoras domésticas.
De ellos, la figura que más conocemos a través del arte, es la que pintó el artista holandés Johannes Vermeer en su obra: Het Melkmeisje (La lechera).
Fuentes: elaborado a partir de Wikipedia y otras publicaciones.
Ilustraciones: extractadas de Wikipedia – Dominio Público