Koningsdag – Día del Rey

El primer «Día de la Princesa» se organizó el 31 de agosto de 1885, el quinto cumpleaños de la Princesa Wilhelmina. 

En 1891 comenzó a llamarse «Día de la Reina» (Koninginnedag), después de la muerte del rey Willem III (noviembre de 1890), pero era más que nada una fiesta para niños.  

Al cumplir 18 años, el 31 de agosto de 1898, Wilhelmina se convirtió en Reina reinante. Desde ese entonces y hasta 1948, cuando la Reina Wilhelmina abdicó, el Día de la Reina se celebraba el 31 de agosto.

Durante la ocupación alemana, estaba prohibido celebrar el Día de la Reina, pero la población lo celebraba en secreto. Gracias a eso, la tradición se ha mantenido.

La Reina Juliana (hija de Wilhelmina) ascendió al trono en 1948 y, a partir del 1949 el festejo se cambió al 30 de abril, día de su cumpleaños. Mientras que Wilhelmina y su familia jamás asistían a las celebraciones, la Reina Juliana instauró la costumbre de celebrar un desfile popular con flores y regalos y declaró el Día de la Reina como festivo nacional, haciendo que mucha gente tuviera el día libre de sus trabajos.

Al ascender al trono, la Princesa Beatrix (30 de abril de 1980) decidió mantener el mismo día en honor a su madre, y cambió el tradicional desfile de por una visita cada año a una ciudad diferente, motivando así a los habitantes de ese lugar a compartir el festejo con la propia Reina. Beatriz también eligió el mismo día, 30 de abril de 2013 para abdicar del trono y cambiar el Día de la Reina por el Día del Rey (Koningsdag), ya que el trono pasó a estar regentado por su hijo Willem Alexander, celebrándose entonces el 27 de abril (día de su cumpleaños). El Rey Willem Alexander mantiene la tradición de visitar cada año una ciudad diferente de los Países Bajos, como lo hacía su madre.

Solo si el día 27 resulta ser domingo, entonces se celebra el viernes anterior, ya que en Los Países Bajos no se celebran fiestas en domingo.

Durante el Día del Rey se organiza el vrijmarkt (mercado libre), que permite a los habitantes vender artículos variados, de segunda mano, comida típica, libros antiguos, juguetes en desuso e innumerables curiosidades en las calles y parques libremente, sin necesidad de permiso ni de pagar impuestos por ello.

También se realizan una diversidad de eventos para niños y adultos, deporte, teatro, música, danza, fiestas en los barrios, parques, plazas, barcos, bares, restaurantes y discotecas.

La característica principal del Día del Rey es vestirse con algún elemento de color naranja, en honor a que la familia real holandesa lleva el nombre de Casa de Orange-Nassau. Por ello, este día la gente se maquilla y/o se viste de color naranja con los atuendos más insólitos y creativos. Se suele comer el tradicional tompoes o tompouce, un pastel que ese día cambia su habitual cobertura color rosa para volverse naranja. También es el único día del año en el cual está permitido beber en la calle y, además de mucha cerveza, se brinda con el Oranjebitter, un licor también naranja.

Las principales ciudades de los Países Bajos suelen ser una locura en el Día del Rey, los hoteles, los vuelos y los trenes suelen estar repletos con bastante anterioridad y, en algunos momentos, se hace hasta difícil circular por las calles. Pero, al menos una vez en la vida, hay que experimentar un Koningsdag.

Fuentes: Wikipedia / Holland.com

Fotos: Carmen Toledo

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